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Los pastilleros se han convertido en una herramienta indispensable para un alto porcentaje de la población, especialmente los adultos mayores y las personas polimedicadas. La principal causa es el envejecimiento de la población ya que, como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente la mayoría de las personas tenemos una esperanza de vida de más de 70 años, algo que debemos agradecer a los avances en la medicina, que hacen que dispongamos de tratamientos farmacológicos para la mayoría de las enfermedades que, aunque no siempre consiguen la curación, permiten que el paciente conviva con dicha patología. Si a enfermedades crónicas, como la diabetes o la artritis, se le añaden los cambios fisiológicos naturales propios del envejecimiento que necesitan ser controlados con fármacos, como es el caso de la hipertensión o la hipercolesterolemia, el paciente se ve obligado a tomar diferentes medicamentos el resto de sus días. Ante esta situación, el uso de un pastillero que facilite la toma correcta de los fármacos favorece la adherencia al tratamiento y, por tanto, su eficacia y el control de las enfermedades.

Qué es un pastillero y por qué conviene usarlo

Los pastilleros son recipientes que permiten guardar, organizar, y llevar a cualquier lugar, toda la medicación que se debe tomar en un día, una semana, o incluso un mes. Su principal función es ayudar al paciente, o a sus familiares o cuidador, a que siga correctamente su tratamiento farmacológico, tomando cada medicamento en la cantidad y momento adecuado, lo que es fundamental para que resulte efectivo. Están diseñados en forma de caja, con diferentes compartimentos para cada día, donde se guardan las diferentes pastillas o cápsulas, y los hay de mayor o menor tamaño, dependiendo de la cantidad de medicamentos que se tomen, y de la necesidad y comodidad del paciente.

¿Por qué debo usar un pastillero?

Los pastilleros son muy útiles y necesarios para las personas mayores o polimedicadas, así como para quienes padecen demencia o alzhéimer y, por supuesto, para los más despistados de cualquier edad. Su uso evita equivocaciones en la toma, olvidos, e intercambios de medicamentos, errores que no sólo pueden reducir la eficacia del tratamiento, sino que aumentan las posibilidades de sufrir interacciones entre diferentes medicamentos (se estima que tomando cinco medicamentos a la vez el riesgo de interacción es del 50%), lo que puede causar complicaciones y problemas de salud.

Y es que una de las principales complicaciones que se encuentran hoy en día los médicos para ayudar a sus pacientes es la falta de adherencia al tratamiento, es decir, las personas no se toman la medicación como deben, o directamente dejan de tomársela, lo que repercute de forma negativa en su salud, pero también en los recursos sanitarios de la administración. Aunque dispongamos de una amplia variedad de tratamientos, y estos constituyan las principales herramientas para cuidar la salud de la población, solo son eficaces si se usan de forma adecuada; unas pautas mal seguidas pueden dar la vuelta a los efectos beneficiosos de los fármacos, provocando incluso efectos adversos.