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dolor de pies
El pie es una compleja estructura de 26 huesos y 33 articulaciones dispuestos en una membrana entrelazada formada por 126 músculos, ligamentos y nervios.

— ¿Qué es el dolor de pies?

Una persona pasa un promedio de cuatro horas de pie y realiza entre 8000 y 10000 pasos cada día. Los pies son muy pequeños en relación con el resto del cuerpo, y el impacto de cada paso ejerce una fuerza enorme en los pies – aproximadamente un 50% mayor que el peso del cuerpo de una persona. Durante un día normal los pies soportan una fuerza conjunta equivalente a algunos centenares de toneladas. Además de soportar el peso, el pie actúa como un absorbedor de impactos y como una palanca para impulsar la pierna hacia delante. También sirve para equilibrar y adaptar el cuerpo a las superficies irregulares. Por ello, no es sorprendente que aproximadamente el 75% de las personas sufran dolor de pies alguna vez en sus vidas. Según un estudio reciente, el dolor de pies crónico e intenso es un problema importante para una de cada siete mujeres ancianas. Para agravar los problemas, la parte inferior de la espalda, a menudo, se ve afectada por las lesiones o anomalías de los pies.

Generalmente, el dolor de pies se define según el lugar donde aparezca: en los dedos, en la parte delantera del pie o en la parte posterior. En la mayoría de los casos los problemas en los dedos son consecuencia de la presión de un calzado inadecuado. El dolor de la parte delantera del pie afecta a menudo a los metatarsianos ( cinco huesos largos que van desde la parte delantera del empeine hasta los huesos de los dedos ) y los sesamoideos ( dos huesos pequeños incrustados en la parte inferior del primer metatarsiano, que conecta con el dedo gordo ). El dolor de la parte posterior del pie puede afectar partes del pie que van desde el talón, pasando por la planta del pie hasta la bola del pie.

— ¿Cuáles son las causas del dolor de pies?

Condiciones generales que causan dolor de pies.

La causa de la mayoría de incidentes en los pies es el calzado inadecuado. Los zapatos de tacón alto son los principales culpables de agravar, si no son los causantes, los problemas en los dedos, donde se ejerce una presión mayor. También existen otras condiciones que pueden causar o exacerbar el dolor de pies. El tiempo afecta a los pies, ya que se contraen con el frío y se dilatan con el calor. El tamaño del pie puede aumentar un 5% durante el día, cambiando de forma y tamaño si una persona está andando, sentada o de pie. Andar incorrectamente debido a malas posturas o a alteraciones hereditarias que causan desequilibrios o mala circulación pueden contribuir al dolor de pies. A menudo, una pierna es más corta que la otra, causando de este modo un desequilibrio. El ejercicio duro, como el footing o el aeróbic intensivo pueden dañar los pies. Entre las lesiones más comunes se encuentran los callos, las ampollas, los calambres musculares, las lesiones en el tobillo y las lesiones agudas de la rodilla, la fascitis plantar y la metatarsalgia.

Alteraciones que causan dolor de pies.

Las artritis, particularmente la osteoartritis y la gota, pueden causar dolor de pies. Aunque la artritis reumatoide casi siempre afecta a las manos, también puede afectar la bola del pie.

La diabetes es una causa especialmente grave de dolor de pies, de infecciones y de úlceras; las que, sin un tratamiento adecuado pueden terminar en amputación. Los diabéticos con deformidades en los pies, tales como garfios o juanetes, corren un riesgo especial. La anorexia, la hipertensión arterial y otras enfermedades que afectan al sistema nervioso y circulatorio pueden causar dolor, pérdida de la sensibilidad y hormigueos en los pies, así como un aumento de la susceptibilidad de infecciones y de úlceras en los pies. Hay una serie de estados como el embarazo, la insuficiencia cardíaca, las enfermedades del riñón y el hipotiroidismo que pueden causar un aumento de líquidos así como una hinchazón de los pies. El aumento de peso y los desequilibrios propios del embarazo contribuyen a aumentar la presión en los pies. Las enfermedades que afectan a los músculos y al control motriz, como la enfermedad de Parkinson, también causan problemas en los pies. Determinadas medicaciones como la calcitonina y los fármacos usados para tratar la hipertensión arterial también pueden causar hinchazón de pies.

Causas del dolor en los dedos de los pies.

Dureza:
Una dureza es, en realidad, un tipo de callo — una capa protectora de células muertas de la piel formadas por una proteína resistente llamada queratina. Una dureza tiene forma de cono y habitualmente se desarrolla cuando los dedos de los pies rozan con el zapato durante un período largo de tiempo. Cuando la piel se vuelve más gruesa, la dureza forma un bulto hacia dentro. Las durezas se desarrollan en las articulaciones de los dedos, normalmente en el dedo pequeño. Si un zapato presiona la parte delantera del pie puede provocar el rozamiento entre los dedos dando lugar a la formación de una dureza entre los mismos, la que normalmente es menos dura que las que se forman en la parte externa. Sin embargo, si estas durezas rozan entre ellas pueden llegar a ser dolorosas.

Uñas encarnadas:
Las uñas encarnadas o incarnatas pueden desarrollarse en cualquier dedo, pero son más comunes en los dedos gordos. Normalmente se desarrollan cuando los zapatos son demasiado ajustados o estrechos y ejercen demasiada presión en la uña del pie y la obligan a crecer hacia abajo, hacia la carne del dedo. Cortar las uñas de manera incorrecta también puede contribuir a desarrollar una uña encarnada (véase «¿cómo se previene el dolor de pies?» en este informe). Las infecciones por hongos, las lesiones, las anormalidades en la estructura del pie y la presión continua en la uña del pie a causa del aeróbic intenso también puede provocar uñas encarnadas.

Juanetes:
Un juanete es una deformación que normalmente se produce en la punta del primero de los cinco metatarsianos que es el que sujeta al dedo gordo. Éste es empujado hacia el resto de los dedos y esto hace que la cabeza del primer metatarsiano sobresalga y roce con la parte lateral del zapato; el tejido principal se inflama y forma abultamientos óseos que, cuando crecen, va formando el juanete a medida que el dedo gordo se ve obligado a crecer en un ángulo cada vez más hacia el resto de los dedos. El juanete también se puede desarrollar en el hueso que une el dedo pequeño al pie (el quinto metatarsiano)y en este caso se conoce como juanete de Taylor. Los juanetes, a menudo, se desarrollan por llevar zapatos de tacón alto, estrechos y puntiagudos, ya que la enorme presión en la parte delantera del pie hace que el pie y los dedos queden en posiciones antinaturales. Las lesiones en las articulaciones a la larga también pueden provocar el desarrollo de un juanete. El factor genético influye de un 10% a un 15% en todos los problemas de juanetes. Una deformidad heredada, el hallux valgus, provoca el desplazamiento y el crecimiento del hueso y de la articulación del dedo gordo hacia el interior, de manera que el segundo dedo se cruza por encima del dedo grande. Los pies planos, la gota y la artritis aumentan el riesgo de desarrollar juanetes.

Dedos en martillo:
El dedo en martillo es una deformidad permanente de la articulación del dedo, que se dobla ligeramente apoyándose en su punta. Cuando se le obliga a mantener esta posición durante un tiempo, los tendones del dedo se contraen y se endurecen y toman la forma de martillo o de garra. El dedo en martillo se desarrolla habitualmente en el segundo dedo, pero también puede aparecer en todos y cada uno de los tres dedos medios si estos son empujados hacia delante y no tienen suficiente espacio para estar estirados dentro del zapato. El riesgo aumenta cuando los dedos están amontonados por la presión de un juanete. Estar tumbado durante mucho tiempo, la diabetes y algunas enfermedades que afectan los nervios y los músculos aumentan el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

Causas del dolor en la parte delantera del pie.

La incidencia del dolor y de las deformidades en la parte delantera del pie aumentan con la edad. Con un diagnóstico temprano, la terapia conservadora da buen resultado en el tratamiento de las alteraciones habituales de la parte delantera del pie.

Callos:
Los callos están formados por el mismo material que las durezas — partes endurecidas de las células de piel muerta compuestas de queratina — pero los callos se desarrollan en la bola del pie o en el talón. La piel de la planta del pie normalmente es 40 veces más gruesa que la piel de cualquier otra parte del cuerpo, pero un callo puede doblar su grosor habitual. La capa protectora del callo se desarrolla para evitar la presión excesiva y la irritación cuando las personas envejecen, y la parte blanda de la planta del pie se vuelve más fina. Sin embargo, si los callos se hacen demasiado grandes o se endurecen demasiado, podrían tirar de la piel de debajo y romperla. Se pueden desarrollar callos por llevar un calzado inadecuado así como por andar por superficies duras. El riesgo de desarrollar callos es mayor en las personas con los pies planos. En las personas diabéticas, sobre todo aquellas que han padecido úlceras de pie, la presencia de callos es un claro indicador de la posibilidad de sufrir úlceras.

Neuromas:
Los neuromas aparecen cuando el tejido de los alrededores de un nervio crece y se inflama, y provoca una sensación de escozor u hormigueo y calambres. El neuroma de Morton es el más frecuente en el pie y se desarrolla cuando el tercer y el cuarto metatarsiano se aprietan mútuamente comprimiendo el nervio de debajo, normalmente a causa de zapatos estrechos e inadecuados, a menudo de tacones altos. Las lesiones, la artritis o las estructuras anormales de los huesos también pueden causar neuromas.
Fracturas a causa de la presión: Una fractura a causa de la presión en el pie, también llamada fractura por fatiga o por sobrecarga, habitualmente ocurre por una ruptura o una hernia en cualquiera de los cinco metatarsianos (sobre todo en el segundo o en el tercero). La fractura en el primer metatarsiano, que sujeta el dedo grande, es poco frecuente porque este hueso es muy grueso. En caso de que se produzca en este hueso es más grave que las fracturas en los otros metatarsianos, ya que cambia completamente el esquema de la forma de andar y de la relación de pesos. (Las fracturas a causa de la presión también pueden producirse en la zona del talón). Éstas son causadas por un uso excesivo de esta zona durante la práctica de ejercicio intensivo, particularmente footing y aeróbic intenso.

Sesamoiditis:
La sesamoiditis es una inflamación de los tendones de alrededor de los huesos redondos que están incrustados en la cabeza del primer metatarsiano. Los huesos sesamoideos soportan mucha presión en circunstancias normales. La presión excesiva puede provocar la distensión de los tendones que los rodean. A menudo no existe una causa clara, pero las lesiones en los huesos sesamoideos son habituales en la gente que participa en actividades en las que se producen vibraciones y en actividades de alta intensidad tales como ballet, footing y aeróbic.

Metatarsalgia:
Cuando no existe una causa clara, cualquier dolor en la planta del pie, donde los metatarsianos se unen a los cuatro dedos pequeños se conoce como metatarsalgia. Normalmente se debe al uso de calzado inadecuado, especialmente tacones altos o actividades de alto impacto.

Causas del dolor en el talón y en la parte posterior del pie.

El talón es el hueso más grande del pie. El dolor en el talón es el problema más frecuente en el pie. Puede aparecer en la parte delantera, en la posterior o en la parte de debajo del talón.

Fascitis plantar:
La fascitis plantar se produce por pequeños roces e inflamaciones en una banda ancha de tejido conectivo que recubre a los tendones y ligamentos y que se extiende desde el talón hasta la bola del pie. Esta banda, similar a una cuerda tensada en forma de arco forma el arco plantar y participa en la amortiguación del cuerpo. ( El término plantar se refiere a la planta del pie y fascia se refiere también a cualquier tejido conectivo del cuerpo.) La fascitis plantar normalmente es consecuencia del ejercicio y de los deportes de alta intensidad, y representa un 9% de las lesiones provocadas por el correr. Sin embargo, el hecho de que a menudo la fascitis plantar sólo se desarrolle en uno de los pies induce a pensar que además de un uso excesivo, en algunos casos existen otras causas. Otros factores responsables de esta lesión son el calzado inadecuado o los pasos desiguales, causantes de un impacto anormal y de mucha tensión en pie. A menudo el dolor aparece de repente; principalmente en el talón. La fascitis plantar puede ser temporal o puede llegar a ser crónica si se ignora el problema. En estos casos, el descanso alivia el dolor, pero sólo representa un alivio temporal.

Bursitis del talón:
La bursitis del talón es una inflamación de la bursa, un pequeño saco de líquido situado debajo del hueso del talón.

Deformidad de Haglund:
La deformidad de Haglund médicamente conocida como exóstosis calcánea posterior es un sobrecrecimiento óseo rodeado por tejido blando en la parte posterior del hueso del talón. Se desarrolla cuando la parte posterior del zapato, que casi siempre es de tacón alto, roza repetidamente con la parte posterior del talón, irritando el tejido y el hueso de debajo.

Síndrome del tunel del tarso:
El síndrome del túnel del tarso es consecuencia de la compresión de un nervio que pasa a través de un paso estrecho que se encuentra detrás del hueso interno del tobillo, cerca del talón. Está causado por una lesión en el tobillo como pueden ser una torcedura o una fractura, o bien por un tumor que presione el nervio.

Tendinitis de Aquiles:
La tendinitis de Aquiles es una inflamación del tendón que une los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. La tendinitis de Aquiles está causada por pequeños roces en el tendón producidos por el uso excesivo o bien por una lesión. Es más habitual en personas que practican ejercicio intenso particularmente el footing, el frontenis y el tenis. Las personas con mayor riesgo de padecer esta alteración son las que tienen el tendón de Aquiles más corto, como consecuencia de una anormalidad de nacimiento o como resultado del uso regular de zapatos de tacón alto. Estas personas tienden a empujar los pies demasiado hacia el interior cuando andan y saltan al andar.

Espolones en el talón:
Los espolones en el talón son depósitos de calcio que con el tiempo se convierten en una acumulación de hueso puntiagudo debajo del hueso del talón. A menudo son consecuencia de un movimiento del pie inadecuado al correr o al andar, de un calzado inadecuado o del peso corporal excesivo. Cuando se desarrolla el espolón, el tejido blando del talón se irrita y se hincha, presionando los nervios y provocando dolor. El dolor puede aumentar con la edad, a medida que el tejido graso de la planta del pie se desgasta. Sin embargo, cabe señalar que la fascitis plantar, la bursitis, la fractura por presión y el síndrome del túnel de tarso son, más que los espolones, la causa probable del dolor.

Pronación excesiva:
La pronación es el movimiento normal que permite al pie adaptarse a las superficies irregulares y absorber los choques. La pronación excesiva se produce cuando el pie tiene tendencia a girar hacia el interior, estirando y comprimiendo la fascia. No sólo puede causar dolor en el talón, sino también en la cadera, en la rodilla y puede causar problemas en la parte inferior de la espalda.

Dolores en el arco plantar y en la planta del pie.

Pie plano:
El pie plano o pes planus es un defecto en pie por el cual éste no tiene arco. Normalmente el pie plano es hereditario o está causado por enfermedades de los músculos y de los nervios. Sin embargo, por determinadas condiciones, la curvatura puede disminuir en el adulto, presentándose entonces lo que normalmente se conoce como disfunción del tibial posterior. Una situación particular de riesgo se presenta en las mujeres que tenían por costumbre llevar tacones altos durante mucho tiempo. En estos casos, el tendón de Aquiles, que va desde la parte posterior de la pantorrilla hasta el hueso del talón no está estirado, de modo que con el tiempo se acorta y se tensa. Entonces el tobillo no se dobla correctamente y los tendones y los ligamentos se rompen y el arco disminuye. Algunos estudios indican que cuanto más pronto se empieza a llevar zapatos, sobre todo durante bastantes horas al día, mayor es el riesgo de tener los pies planos. Una consecuencia indirecta de los arcos planos podría ser la incontinencia urinaria o las pérdidas durante la práctica de ejercicio. Cuanto menos flexible es el arco, más fuerza repercute en el ligamento inferior de la pelvis, sacudiendo los músculos que afectan la continencia urinaria.

Pie cavo:
El pie cavo o pes cavus es una deformidad del pie que se caracteriza por tener unos arcos muy pronunciados y unos dedos muy largos. El pie cavo es hereditario, aunque también puede producirse cuando los músculos del pie se contraen o se desequilibran a causa de alteraciones en los nervios o en los músculos. Generalmente el pie cavo produce problemas. Estudios del ejército han descubierto que los reclutas con los arcos más elevados sufren más lesiones en las extremidades inferiores y los reclutas con los pies planos tienen menos lesiones. Contrariamente a la impresión general el pes cavus es más habitual que el pie plano.

— ¿Cuáles son los síntomas del dolor de pies?

Durezas y callos
Alrededor de los dedos, normalmente la piel del dedo pequeño está dura.
Piel amarillenta debajo de los pies o en las zonas expuestas a la fricción.

Uñas encarnadas
Uñas de los dedos
Las uñas duelen, hinchazón en la piel, y en casos extremos infección.

Juanetes
Dedo gordo
Punta de los dedos hacia el interior. La zona cerca de la protuberancia ósea esta enrojecida, sensible y, a veces, está hinchada. Nota: en las personas mayores la osteoartritis también puede aparecer en el dedo gordo.

Neuroma de Morton
En los dedos tercero y cuarto y en la parte de debajo del pie cerca de estos dedos.
Rampas y escozor cerca del tercer y del cuarto dedo. Se puede detectar el neuroma presionando por arriba y por abajo con una mano y con la otra presionando en la parte de arriba del pie, moviéndolo de un lado a otro. Puede agravarse por estar de pie mucho tiempo y puede aliviarse quitándose los zapatos y haciendo un masaje en la parte delantera del pie.

Dedo en martillo
Normalmente en el segundo dedo, pero también puede producirse en todos y en cada uno de los dedos del centro del pie.
Los dedos toman forma de martillo o de garra. Inicialmente no hay dolor, pero éste aparece y aumenta cuando el tendón se tensa y los dedos se agarrotan

Fractura del metatarsiano a causa de la presión
Zona de debajo del segundo o del tercer dedo
Dolor repentino cuando se produce la lesión

Sesamoiditis
Bola del pie, debajo del dedo grande
Dolor e hinchazón

Fascitis plantar
En la parte posterior del arco, justo delante del talón
Al principio algunas personas describen un rozamiento o un ruido. Dolor más fuerte en los primeros pasos, después de haberse levantado de la cama, que va disminuyendo después de estirarlo, pero que reaparece cuando el pie está inactivo.

Bursitis del talón
En el centro del talón
Dolor con el calor e hinchazón. Aumenta durante el día.

Deformidad de Haglund
Zona carnosa de la parte posterior del talón
Ligera hinchazón que empeora con los zapatos que tienen la parte posterior rígida

Fracturas por presión o espolones en el talón
Parte de debajo del Talón
Dolor punzante e intenso

Síndrome del túnel del Tarso
En cualquier parte de debajo del pie
Entumecimiento, hormigueo o sensación de escozor, dolor, habitualmente por la noche

Pies planos
En el arco
Arco inexistente. A menudo no hay dolor ni malestar. Se han descrito casos de fatiga, dolor o rigidez en los pies, en las piernas y en la parte inferior de la espalda.

Pies cavos
Hueco del arco plantar. Pie
Ligero dolor en la parte inferior de la espalda. Probablemente, tendencia a sufrir lesiones en las extremidades inferiores.

Tendinitis de Aquiles
Tendón de Aquiles: zona posterior, entre los músculos de la pantorrilla y del talón
El dolor aumenta cuando hay actividad física, (especialmente cuando se corre) después de la cual, normalmente, el tendón se inflama y se vuelve rígido. En caso de ruptura, se puede oir un sonido semejante a un «pop» y después aparece un dolor agudo, parecido a un martillazo en la parte posterior de la pierna.

— ¿Quién sufre dolor de pies?

Edad.

La mayoría de las personas que llevan zapatos tienen problemas de pies en algún momento de sus vidas. El dolor de pies es bastante común, incluso en los niños. El dolor en el talón, por ejemplo, es habitual en niños muy activos de edades comprendidas entre los 8 y los 13 años. Aparece cuando el ejercicio intenso irrita los músculos del talón. Los ancianos, sin embargo, tienen un gran riesgo de sufrir problemas en los pies. El pie se hace más ancho y más plano, y la grasa de la planta del pie se aplana a medida que el individuo envejece. La piel de los ancianos también es más seca. De hecho, el dolor de pies puede ser el primer síntoma en varias alteraciones propias de ancianos como la artritis, la diabetes y las enfermedades circulatorias.

Sexo.

El riesgo de padecer dolor de pies agudo es más elevado en las mujeres, probablemente a causa de la alta incidencia de llevar zapatos de tacón alto. De hecho, el dolor de pies agudo parece ser la causa principal de discapacidad en las mujeres mayores. Un estudio reveló que el 14% de las mujeres minusválidas sufrían de manera crónica dolor de pies agudo, y que esta era la razón principal por la que necesitaban ayuda para andar y para llevar a cabo las tareas diarias. Las mujeres embarazadas tienen problemas de pies especiales debido al aumento de peso, a la hinchazón de las piernas y a la liberación de determinadas hormonas que hacen que los ligamentos se distiendan, lo que ayuda al parto pero hace que los pies se vuelvan más débiles.

Riesgos laborales.

Se calcula que de todas las lesiones de los pies relacionadas con el trabajo, el 30% ocurren en los dedos de los pies. Varias alteraciones de los pies, incluyendo la artritis de los pies o del tobillo, deformidades de los dedos, pinzamientos de nervios entre los dedos, fascitis plantar, pie plano del adulto y síndrome del tunel del tarso tienen una causa común que es el uso repetitivo. Sin embargo, ningún estudio ha podido diferenciar ente las lesiones por daño debido al trabajo o daño debido al uso normal. Este hecho es muy importante debido a la posibilidad de demandas por lesiones.

Deportes.

Las personas que realizan ejercicios de alto impacto presentan riesgo elevado de fascitis plantar, sesamoiditis, tendinitis de aquiles, fracturas de estrés y de otras alteraciones del pie.

Condiciones médicas y físicas.

Toda aquella persona con sobrepeso tiene más riesgo de sufrir lesiones en el pie o en el tobillo a causa de la gran presión que tienen que soportar los pies. Aquellas personas que practican deportes de alta intensidad, como el tenis, el footing o el frontenis; o aquellas cuyo trabajo requiere levantar pesos y andar son más propensas a sufrir lesiones en los pies, sobre todo tendinitis de Aquiles, fracturas por presión y fascitis plantar. Diversas condiciones médicas y anormalidades hereditarias predisponen a algunas personas a tener problemas de pies. Las mujeres embarazadas no sólo aumentan su peso, sino que a menudo también experimentan hinchazón en los pies y en las pantorrillas. Durante el embarazo también se liberan hormonas que hacen que los ligamentos se relajen, lo cual ayuda a aguantar el peso del niño, pero también pueden debilitar los pies. Las posibilidades de padecer infecciones en los pies son más elevadas en las personas diabéticas, quienes deben tomar especial precaución.

Tabaco.

Un estudio del año 2000 ha informado de que los fumadores tienen mayor riesgo de desgarros tendinosos, de esguinces y de fracturas, probablemente porque tienden a ser personas menos en forma que los no fumadores. También es posible que cicatricen peor las heridas, lo que se pone de manifiesto en la cirugía del pie.

–¿Cuáles son las medidas preventivas generales para el dolor de pies?

Recomendaciones generales.

Las uñas de los pies deben cortarse de un lado del dedo hacia el otro y de forma corta. Tienen que ser limadas haciendo sólo un movimiento antes de volver a practicar el mismo movimiento, evitando limarlas en dos movimientos, en un sentido y en el contrario. Se puede utilizar una cutícula para limpiar la parte de debajo de las uñas. Las cremas hidratantes ayudan a mantener la suavidad y la flexibilidad de la piel. Tomar un baño de pies templado de unos 10 minutos dos o tres veces por semana ayuda a mantener los pies relajados y a prevenir el dolor de pies ligero, consecuencia del cansancio. Añadir 1/2 cucharada de sales de Epson aumenta la circulación y los beneficios del baño, aunque tomar baños podales sólo cuando se tiene dolor de pies no es demasiado útil. La piedra pómez o la esponja de luffa pueden ayudar a eliminar las pieles muertas. El excursionismo o el andar intensamente puede provocar la aparición de ampollas. Según un estudio, la utilización de antitranspirantes antes de salir puede ser de gran utilidad para prevenirlas. La reflexología es una terapia oriental que consiste en dar masajes en las manos y en los pies. Un ejercicio agradable utilizando este método puede practicarse mientras se toma un baño, usando los dedos pulgar, índice y corazón, y practicar movimientos de rotación en cada dedo. Después, con el puño cerrado, hacer lentos movimientos de rotación por toda la planta del pie. Finalmente, girar cada pie suavemente, como si se estuviera escurriendo ropa, moviendo la punta y el talón en direcciones opuestas.

10 consejos básicos.

1. No ignore el dolor de pies. No es normal tenerlo. Si el dolor persiste, acuda al podólogo.
2. Examine sus pies frecuentemente. Vigile los cambios de color y de temperatura de sus pies. Busque cambios de color en sus uñas (signo de desarrollo de hongos), y arrugas o heridas en la piel. La descamación de la planta del pie puede indicar un pie de atleta. Cualquier crecimiento del pie se considera anormal.
3. Lávese los pies frecuentemente, especialmente entre los dedos, y asegúrese de secarlos completamente.
4. Córtese las uñas de los pies rectas, pero no demasiado cortas. No corte las esquinas o los lados de las uñas ya que puede desencadenar una uña encarnada.
5. Asegúrese de que el calzado le va perfectamente. Cámbiese los zapatos en cuanto se hayan dado demasiado de sí.
6. Elija el calzado adecuado para la actividad que vaya a realizar.
7. Cambie el calzado, no lleve el mismo cada día.
8. Evite caminar descalzo. Sus pies están más expuestos a las heridas e infecciones. Tanto en la playa como cuando lleve sandalias, póngase protección solar al igual que en el resto del cuerpo.
9. Tenga cuidado con los remedios caseros. El autotratarse puede convertir un problema pequeño en uno grande.
10. Es vital que las personas diabéticas vayan al podólogo como mínimo una vez al año. Los pacientes diabéticos, con problemas de circulación o con problemas cardiacos no deben tratarse ellos mismos, incluyendo el corte de las uñas, ya que pueden sufrir frecuentemente de infecciones.

Cuidado de las uñas.

Las uñas de los pies deben cortarse rectas y cortas. Preferiblemente deben cortarse de una sola vez, evitando que la tijera vaya adelante y atrás. Puede usarse algún instrumento para limpiar las uñas por debajo.

El cuidado de los pies en las personas diabéticas.

El cuidado diario de los pies es sumamente importante en las personas diabéticas que corran el riesgo de sufrir daños en los nervios y mala circulación en los pies. El cuidado preventivo de los pies puede reducir de un 44% a un 85% el riesgo de amputación en las personas con diabetes. Los pacientes deben realizar una revisión diaria para mirar si se han producido cambios de color, textura u olor y si han aparecido zonas endurecidas, lo cual indica que se trata de una infección y de úlceras potenciales. Cuando se lave los pies, las zonas entre los dedos deben secarse perfectamente. Deben aplicarse cremas hidratantes pero no entre los dedos de los pies. La piedra pómez debe pasarse cuidadosamente por las duricias y los callos; las uñas deben cortarse cortas y los bordes deben limarse para evitar que los dedos adyacentes puedan ser cortados. Los pacientes no deben usar almohadillas medicinales ni cortarse las duricias y los callos. Las personas con diabetes tienen que evitar los tacones altos, las sandalias, las chancletas y el ir descalzas. Deben cambiarse el calzado a menudo (si es posible tres veces al día). No deben llevar medias apretadas o ninguna prenda de vestir que oprima las piernas y los pies. Un nuevo mecanismo sujetado con las manos que utiliza un cepillo de nylon permite al médico identificar los daños en los nervios que pueden provocar úlceras. El médico presiona en algunos puntos del pie a lo que el paciente responde.

Una persona diabética tiene que consultar a un especialista ante cualquier problema en el cuidado de los pies. Las personas diabéticas pueden requerir la hospitalización y la inyección de antibióticos por vía intravenosa hasta 28 días para tratar las úlceras de pie agudas. En un estudio, la terapia intravenosa con ofloxacina y penicilina durante sólo siete días, seguida de un antibiótico oral resultó ser un tratamiento adecuado. Diversos tratamientos (Dermagraft, Apligraf, Regranex) estimulan el crecimiento de células nuevas que ayudan a curar las úlceras de la piel o a usar los cultivos humanos de células de la piel que están disponibles, aunque sus beneficios todavía no han sido demostrados. El factor estimulante de la colonias de Granulocitos o G-CSF (Filgrastim, Neupogen, Amgen) promete ser una eficaz alternativa a los antibióticos. Los estudios que usan gel de becaplermin, un factor de crecimiento de nervios (NGF), demuestra que el tratamiento con NGFs puede prevenir algunos de los daños causados por la diabetes y recuperar algunos de los nervios dañados. Un estudio señaló que el oxígeno hiperbárico (administrado a altas presiones ) potencia la curación y ayuda a prevenir la amputación. Sin embargo, no se realizó un seguimiento para ver la evolución y es necesario investigar más. Según un estudio reciente, llevar calcetines cargados magnéticamente puede reducir o eliminar el dolor asociado con los desórdenes en las comidas inducidos por la diabetes.

El calzado.

Elección del calzado:
El calzado cómodo y adecuado, con una suela dura y el resto del zapato blando, es la mejor manera de prevenir casi todos los problemas de los pies. Deben comprarse por la tarde, después de una larga caminata, cuando los pies están hinchados. El zapato debe llevar una almohadilla adecuada. Tiene que dejarse 1.5 cm entre el dedo gordo y la punta del zapato para que los dedos puedan moverse hacia arriba. Cuando se mide a una persona, ésta debe estar de pie. Deben medirse ambos pies, con los zapatos comprados para el pie más grande. Las mujeres que están acostumbradas a llevar zapatos demasiado puntiaguados pueden llegar a creer que los zapatos estrechos son normales, de ahí el riesgo de muchos problemas de pies.

La suela:
Los zapatos más modernos tienen almohadillas, una suela flexible y desde el primer momento tienen que resultar cómodos, sin que sea necesario un tiempo para que se ablanden. Lo ideal sería que el zapato tuviera una plantilla de quita y pon. La gente mayor que llevan zapatos de suelas gruesas y rígidas son incapaces de notar la posición de los pies respecto al suelo, aumentando significativamente el riesgo de caerse. Es necesario investigar más para determinar si las suelas gruesas son en realidad las responsables de las lesiones de pies en los jóvenes adultos que practican ejercicio intenso.

Los tacones:
A pesar de que la gente cree que el vendaje de los pies para comprimirlos era un problema que afectaba solamente a las mujeres chinas en el pasado, debe señalarse que los tacones altos que están de moda han sido diseñadas para estrechar el pie hasta una pulgada. Los tacones altos son la causa principal de los problemas de pies en las mujeres, y un estudio sugiere que llevar tacones altos puede incluso provocar artritis en la rodilla. Afortunadamente, según un estudio reciente, casi la mitad de las mujeres que trabajan llevan zapatos planos; aproximadamente un cuarto lleva zapatos bajos, de menos de 6 cm de altura y otro cuarto lleva zapatillas de deporte. Tan solo un 3% lleva zapatos con tacones que superan los 6 cm de altura. Las mujeres que siguen llevando tacones altos debería al menos buscar zapatos más espaciosos para los dedos, con tacones reforzados relativamente anchos y con plantillas alcolchadas. También tendrían que reducir el tiempo que llevan tacones altos. La sociedad americana ortopédica del pie y del tobillo concede un sello de aprobación a los zapatos femeninos que no perjudican la salud.

Forma de atar los zapatos:
La forma en que se atan los zapatos puede ser importante para prevenir problemas específicos. Los zapatos deben estar siempre desatados antes de ponérselos. Las personas con pies estrechos deben comprar zapatos cuyos cordones pasen lejos de la lengüeta, al revés que las personas con pies anchos. Si después de atar el zapato se puede ver menos de tres centímetros de lengüeta, probablemente son demasiado anchos. La presión del calzado debe ajustarse tanto en la punta del pie como en la parte más alta del zapato. Si, debido a un arco plantar elevado, el calzado molesta, se deben saltar ojales para aliviar la presión del zapato.

Zapatos especiales:
los zapatos que se compran para realizar deporte deben estar diseñados específicamente para el deporte a realizar.

Calzado deportivo:
Aerobic
Deben tener suficiente almohadillado como para absorber los golpes y la presión, la que es mucho más fuerte que al caminar. Los arcos deben mantener la estabilidad del pie. El contorno del zapato debe ser de cuero grueso. Las suelas deben permitir los giros y puede ser necesario utilizar plantillas en las personas que tienen desviaciones de los tobillos.

Ciclismo
Soporte rígido alrededor del arco para prevenir que se doble al pedalear. Los zapatos de cross pueden ser suficiente para las personas que van en bicicleta ocasionalmente, pero para los ciclistas más profesionales, son necesarios zapatos especiales. Pueden usarse plantillas si hay alteraciones de la alineación de los pies.

Correr
Suficiente almohadillado como para absorber los golpes y la presión. Absolutamente flexibles en la punta del pie. Las suela debe evitar el resbalar. Si hay problemas de alineación, puede ser necesario el uso de plantillas.

Tenis
Debe permitir el deslizamiento lateral, con suela de poca adherencia. Protección para los tobillos. Arco blando.

Caminar
Ligeros. Material que permita la respiración del pie. Suficientemente amplios como para acomodar el pie. Tacón bajo para aumentar la estabilidad del pie. La punta debe proporcionar soporte y flexibilidad.

Andar y hacer ejercicio correctamente.

Además de llevar los zapatos y los calcetines adecuados se tiene que andar correctamente y con frecuencia para prevenir las heridas en los pies y el dolor. La cabeza debe estar alta, la espalda recta y los brazos relajados, moviéndose libremente. Tiene que iniciar el paso apoyándose sobre el talón y moverse hacia delante de tal manera que el peso recaiga en la parte exterior del pie dejando ir el dedo grande. Si se va a realizar largas caminatas debe poner almohadillas en la parte del talón y en aquellas partes donde se puedan producir rozamientos. Al finalizar la caminata se debe comprobar que el pie no presenta rojeces ni irritaciones. Apretar el pie suavemente y mantener los talones levantados después del calentamiento y antes de correr puede ayudar a prevenir la tendinitis de Aquiles y el dolor de talón.

Plantillas y ortesis.

Plantillas.
Las plantillas son añadidos planos y almohadillados que se ponen dentro del zapato. Se pueden comprar en zapaterías y en los grandes almacenes. Han sido diseñadas para reducir el impacto. Además, proporcionan soporte a los talones y a los arcos y son resistentes a la humedad y al olor. La mayoría de las marcas de zapatillas deportivas conocidas llevan plantillas incorporadas. Dr Scholl es la plantilla más conocida, pero actualmente hay muchas otras disponibles: Pedifix, Sorbothane, Impuls, Footfit y Kiwi. Los precios de estas plantilla van desde las mil pesetas hasta las ocho mil. El soporte ortótico del arco de Spenco es una plantilla puntiaguda que se puede moldear poniéndola en agua hirviendo durante dos minutos. Algunas veces los médicos lo recomiendan. Generalmente, las plantillas sin prescripción médica ofrecen soporte suficiente para la mayoría de personas con problemas de pies. Los establecimientos especializados en los problemas de los pies diseñan plantillas a la medida del cliente, aunque son más caras. Cuando se compre unas plantilla debe tener en cuenta el grosor de los calcetines y asegurarse de que no le aprietan en los dedos. Las mujeres que han llevado tacones altos durante mucho tiempo y que tienen los tendones de Aquiles cortos y estrechos deberían considerar la posibilidad de llevar almohadillas en el talón. Se ponen dentro del zapato y tienen que ser de al menos 4 mm de altura, sin superar los 8 mm. Cada persona responde de manera muy distinta a las plantillas específicas, y lo que puede funcionar para una persona puede no irle bien a otra.
Ortesis.
En algunos casos, arcos caídos o problemas en la estructura del cuerpo responsables de desequilibrios, los podólogos y los médicos tendrán que adaptar y prescribir ortosis u ortesis, plantillas moldeadas en un molde de escayola de un solo pie. Normalmente las ortosis se clasifican en rígidas, blandas o semirígidas. Las ortosis rígidas se usan normalmente para prevenir una pronación excesiva (girar el pie hacia el interior) y son de gran utilidad para las personas con sobrepeso o para aquellas con piernas de distintas longitudes. Algunos expertos advierten que las ortosis rígidas pueden provocar sesamoiditis o tumores benignos que se desarrollan a partir del pinzamiento de los nervios. Las ortosis blandas están hechas de un material ligero y, a menudo, son beneficiosas para aquellas personas con diabetes o artritis. Tienen que cambiarse periódicamente, y al ser más gruesas que las ortosis rígidas se necesita zapatos más grandes. Las ortosis semirígidas normalmente están hechas de capas de piel y de corcho, reforzadas con silástic. Los atletas las usan con frecuencia. En este caso han sido diseñadas para un deporte determinado. El coste de las revisiones, de la escayola y de los rayos X es elevado, pero está cubierto por algunos seguros. Las personas con problemas leves, antes de recurrir a la prescripción de ortosis deberían considerar la posibilidad de probar las plantillas de bajo precio sin prescripción médica. Un estudio reveló que el 72% de las personas que utilizan plantillas adquiridas en los grandes almacenes tienen menos dolor de pies, en contra de un 68% que utilizan plantillas diseñadas a medida.

Prevención de los problemas del pie en la infancia.

El primer año de vida es importante para el desarrollo correcto de los pies. Los padres deben cubrir los pies del niño de forma holgada, permitiendo el movimiento. Se debe cambiar al bebé de posición frecuentemente, ya que el estar boca abajo puede presionar los pies de forma excesiva. Generalmente los niños caminan entre los 10 y los 18 meses de vida y no deben obligarse a ponerse en pie antes. El caminar descalzos o con calcetines en casa ayuda al pie a crecer y a hacerse fuerte, así como aumenta la agilidad de los dedos de los pies. Sin embargo, el ir descalzos fuera de casa aumenta el riesgo de heridas y de infecciones. Cuando el bebé esté fuera de casa, debe llevar un calzado ligero, flexible y que permita la respiración del pie, ya que los pies de los niños transpiran mucho. El calzado debe cambiarse muy frecuentemente a medida que el niño crece. Si el niño comienza a realizar deportes, los padres deben asegurarse de que usa el calzado adecuado.

— ¿Cuáles son los tratamientos para los problemas específicos?

Tratamiento para el dolor agudo y las lesiones.

Los calmantes y los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) sin prescripción médica se usan habitualmente para tratar el dolor leve causado por la inflamación de los músculos. Existen docenas de este tipo de fármacos, pero la aspirina es el más común. Otros incluyen ibuprofeno (Dalsi), Ketoprofeno (Orudis), Naproxén (Naprosyn) y tolmetina (Artrocaptin). Es importante señalar que las dosis elevadas o el uso prolongado de cualquier AINE puede provocar alteraciones gastrointestinales, algunas veces con graves consecuencias, así como también hemorragias peligrosas. No se debe tomar AINEs para el dolor crónico sin consultar al médico. En las articulaciones dolorosas se puede aplicar un gel que contiene ibuprofeno. El acetaminofeno (por ejemplo el Termalgín) no es un AINE, y a pesar de que es un calmante suave, no reduce la inflamación.

RICE: El acrónimo RICE ( rest -descanso- ; ice -hielo- ; compression -compresión- ; elevation -elevación- ) se usa para que la gente se acuerde del tratamiento inmediato en un pie lesionado. No se debe someter a demasiada presión al pie (Rest). El hielo (Ice) es particularmente importante para disminuir la hinchazón y para facilitar la recuperación durante las primeras 48 horas. La zona lesionada debe envolverse con una bolsa o una toalla con hielo durante 20minutos, y repetir la misma operación después de 40 minutos. Tiene que aplicarse un vendaje ligeramente envuelto en la zona afectada (Compression). El pie debe mantenerse elevado con unos cuantos cojines (Elevation).
Rayos X: Si sospecha que se ha roto o fracturado los dedos del pie debe llamar al médico, quien, probablemente le hará una radiografía. Tiene que señalarse que, a menudo, una persona puede andar incluso con un hueso del pie fracturado, sobre todo si se trata de un esguince en un ligamento o de una fractura en los dedos del pie.

Tratamientos para los problemas de los dedos del pie.

Tratamiento para las durezas:
Poner los pies en remojo en agua templada y frotando después con la piedra pómez, puede eliminar el tejido muerto. Se necesitan diversos tratamientos de este tipo para eliminar las durezas. La zona afectada tiene que protegerse con pequeñas almohadillas en forma de círculo, que se pueden adquirir en cualquier farmacia. Las durezas blandas se tratan poniendo almohadillas de lana de oveja entre los dedos para reducir la transpiración. Las almohadillas sin prescripción médica o las cataplasmas que llevan ácido salicílico resultan eficaces en la eliminación de las duricias duras. La almohadilla tiene que recortarse del tamaño de la duricia y tiene que aplicarse sobre la piel. Después de llevarla durante uno o dos días se retira y se pone el pie en remojo durante 20 minutos. Se pasa la piedra pómez en la zona afectada hasta conseguir eliminar la dureza. Esta medicación puede producir irritaciones, quemaduras o infecciones, especialmente en las personas mayores o diabéticas. También es altamente inflamable. Los salicílicos no eliminan los roces causados anteriormente por la dureza, de manera que, probablemente, el problema no desaparecerá a menos que se lleven zapatos adecuados. En caso de que las duricias estén completamente desarrolladas, un médico o un podólogo puede cortarlas con un escalpelo para reducir la dureza. Esta operación deberá ser realizada por un profesional y nunca por uno mismo.

Tratamiento para las uñas encarnadas de los pies:
Para calmar el dolor de las uñas encarnadas, la presión sobre éstas puede reducirse llevando sandalias o zapatos con la parte delantera abierta. Poner en remojo los dedos en agua templada dos veces al día durante cinco minutos en soluciones de Domeboro o de Betadina puede ser beneficioso. Pueden usarse pomadas antibióticas, aplicándolas cuidadosamente con la ayuda de un trozo de algodón que debe ponerse debajo de las uñas, sobre todo en las esquinas para levantar la uña y drenar la infección. El algodón también ayudará a un correcto crecimiento de la uña. El algodón tiene que cambiarse a diario y tiene que usarse antibiótico constantemente. Aquellas personas con más riesgo de sufrir infecciones, como por ejemplo los diabéticos, tienen que seguir un tratamiento. En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía.

Tratamiento para los dedos de martillo:
En un principio, el dedo de martillo es flexible y cualquier dolor que provoque, normalmente puede calmarse poniendo dentro del zapato una almohadilla para los dedos. Para prevenir el malestar causado por los dedos de martillo, la parte de los zapatos destinada a los dedos debe ser ancha y espaciosa. Cuando el tendón se hace más estrecho y el dedo se agarrota existen otros tratamientos, como los ejercicios, los entablillados y los añadidos para los zapatos hechos a medida (ortosis), que ayudan a distribuir el peso y facilitan la posición del dedo. En los casos más graves puede ser necesaria la cirugía estética. Si el dedo todavía es flexible se practica en el tendón o en el tejido suave. Sin embargo, si los dedos se han vuelto rígidos, la cirugía implica la eliminación de una pequeña parte del hueso para que el dedo vuelva a su posición normal. La intervención se lleva a cabo en el consultorio médico y se realiza con anestesia local. Después de la operación, el paciente debe llevar un entablillado y un zapato ortopédico durante una semana si la cirugía sólo se ha realizado en el tendón y en el tejido suave, y hasta cuatro semanas si ha afectado al hueso.

Tratamientos para los problemas en la parte delantera del pie.

Tratamiento para los callos:
Los callos protegen a los pies y a menudo no tienen que ser tratados, pero en caso que causen dolor existen algunos tratamientos eficaces. Pasar la piedra pómez por el callo después del baño es muy útil; poner almohadillas suaves en el talón o debajo de la bola del pie puede ayudar a aliviar el dolor. Los parches especiales para los zapatos también son de gran utilidad. Las soluciones líquidas o las almohadillas medicinales tratadas con ácido salicílico, las mismas fórmulas químicas utilizadas para el tratamiento de las duricias, son también eficaces para eliminar los callos. (Para mayor precaución véase el apartado de las duricias, más abajo). En caso de que los callos estén totalmente desarrollados y causen dolor se recomienda que sean cortados por un profesional.

Tratamiento para los juanetes:
La presión y el dolor provocados por los juanetes pueden aliviarse llevando zapatos adecuados: blandos, anchos, de tacón bajo, de piel y con cordones; zapatillas deportivas con la zona de los dedos blanda; o bien zapatos abiertos o sandalias con tiras que no toquen la zona irritada. Una almohadilla gruesa de piel en forma de círculo ayudará a proteger la protuberancia. En algunos casos, una ortosis puede ser útil para redistribuir el peso y disminuir la presión sobre el juanete. Los AINEs, o antiinflamatorios no esteroideos, también pueden aliviar el dolor. Si persiste el malestar, puede ser necesaria la cirugía. En un interesante estudio se utilizó una almohadilla protectora con una preparación extraída de la caléndula (tagetes patula) para el hallux valgus. En los pacientes a los que se les aplicó este tratamiento el juanete encogió ligeramente y el dolor disminuyó. Un procedimiento médico, conocido como osteotomía implica limar la articulación del hueso del dedo gordo. En una variante de este procedimiento sólo se practica una pequeña incisión a través de la cual se introduce la perforadora para limar huesos. El médico lima el hueso guiándose por el tacto o por los rayos X. Ninguna variante de la osteotomía es una cura. La cirugía en el juanete implica intervenir en la articulación del dedo gordo, los tendones y los ligamentos. En algunos casos, también tiene que volver a recolocarse el metatarso. La recuperación dura de seis a ocho semanas en las que el paciente deberá llevar un yeso o muletas. Generalmente, a los seis meses los pacientes están satisfechos con los resultados, aunque todavía son necesarios estudios de períodos de tiempo más largos. Entre otras complicaciones se encuentra el acortamiento del metatarso, el que puede prevenirse o reducirse mediante un tratamiento llamado osteotomía de fijación, en el que se usa una placa y un dispositivo con un tornillo para mantener el hueso en su lugar. Algunos cirujanos están probando los injertos de hueso para restablecer la longitud de éste en pacientes con anteriores intervenciones quirúrgicas. Un simple procedimiento inicial que permite corregir las deformidades sin cortar o fusionar el hueso puede ser adecuado para algunos pacientes.

Tratamiento para el neuroma de Morton.

El dolor provocado por el neuroma de Morton puede reducirse sacándose el zapato y dándose un masaje en la zona afectada. Los zapatos Roomier, los distintos tipos de almohadillas y las inyecciones de cortisona en la zona dolorosa son de gran utilidad para calmar el dolor. Si estos tratamientos no son eficaces es posible que la zona dilatada deba ser extirpada. Normalmente la cirugía es eficaz y después de la intervención el paciente puede volver a andar rápidamente. A veces, el tejido del nervio puede volver a crecer y puede desarrollarse otro neuroma.

Tratamiento para las fracturas por presión.

En la mayoría de los casos, las fracturas por presión se curan por sí mismas, siempre que se eviten las actividades que requieran un esfuerzo. Se recomienda llevar zapatos de tacones bajos con suelas rígidas. Algunos médicos recomiendan ejercicio moderado, particularmente andar y nadar. Alguna vez también pueden recomendar llevar un zapato especial de madera y un vendaje compresivo para poder caminar más cómodamente.
Tratamiento para la sesamoiditis.

El descanso y la reducción de la presión en la bola del pie son los primeros pasos para el tratamiento de la sesamoiditis. Un zapato de tacón bajo, de suela rígida y con el interior suavemente almohadillado es lo que normalmente se necesita. Sin embargo, en algunos casos puede ser necesaria la cirugía.

Tratamiento para en dolor en el talón y para los problemas en la parte posterior del pie.

Pauta general: Los tratamientos no quirúrgicos para el dolor de pies son eficaces en el 90% de los pacientes. La Sociedad Americana de Ortopedia del Pie y del Tobillo (AOFAS) aconseja intentar primero la colocación de añadidos en el zapato, la medicación y los estiramientos. Un estudio reveló que el 95% de las mujeres que utilizaron añadidos para los zapatos y realizaron ejercicios sencillos para estirar los tendones de Aquiles y la fascia plantar experimentaron una mejora después de ocho semanas. Si estos métodos no son eficaces, se prescribirán ortosis y fisioterapia. La cirugía en el talón para calmar el dolor puede utilizarse para los espolones, la fascitis plantar, la bursitis y el neuroma. La cirugía sólo se recomienda cuando los métodos no quirúrgicos no han sido eficaces durante al menos seis meses, y preferiblemente durante doce.

Tratamiento para la fascitis plantar.

Los primeros objetivos en el tratamiento de la fascitis plantar son el descanso y la reducción de la inflamación. Habitualmente, el dolor y la inflamación se tratan con hielo y con medicamentos sin prescripción médica, generalmente AINEs. Se recomienda llevar zapatos cómodos, de suela gruesa y de tacones de goma. Una almohadilla para la suela (que puede adquirirse en los grandes almacenes) para ponerla dentro del zapato, le ayudará a aliviar el dolor y a reducir la presión en el talón. Si hace un agujero del tamaño de una moneda en la zona de la almohadilla donde se apoya la parte dolorida ayudará a aguantar el resto de la zona del talón y a reducir la presión en la parte dolorida. Si se combina con ejercicios para estirar el arco del pie y la cuerda del talón, las plantillas sin prescripción médica pueden ser más eficaces que las ortosis prescribidas para calmar el dolor. Parece ser que el ejercicio suave (andar, nadar, ir en bicicleta) es beneficioso. También ayuda a estirar la fascia plantar. Para hacerlo, ponga las manos en una pared y apóyese en ellas con el pie no lesionado delante suyo y con el pie lesionado detrás, de manera que el talón no toque el suelo, estírese y rebote suavemente. Afortunadamente, la fascia plantar se cura por sí sola, aunque puede tardar un año, con dolor intermitente.

Cuando el dolor no puede calmarse con AINEs debe recurrirse a tratamientos más intensivos. Escayolar la pierna es un método eficaz. Existe un dispositivo que utiliza un vendaje Ace y una tablilla de fibra de vidrio en forma de L que el paciente lleva mientras duerme. Le ayuda a mantener el pie estirado para que el músculo se cure. Andar con una extremidad escayolada puede ser incluso mejor que las inyecciones de esteroides (normalmente de cortisona), usadas con frecuencia en casos graves para reducir la inflamación. En el caso de los atletas y de los artistas, que necesitan un alivio del dolor inmediato, un método eficaz es la administración del esteroide dexametasona mediante un procedimiento llamado iontoforesis, que introduce el fármaco en el tejido del pie con corriente eléctrica. Iniciar un programa de ejercicios tan pronto como sea posible – con AINEs, entablillados o bien almohadillas para el talón, según las necesidades del paciente- reduce el riesgo de una futura intervención quirúrgica. En casos extremos, puede ser necesaria la llamada cirugía liberadora para mitigar la presión en los nervios, causante del dolor. Es una operación que casi siempre resulta exitosa, a pesar de la gran incisión y de que se tarda aproximadamente dos meses en reanudar completamente la actividad normal. Un procedimiento más nuevo llamado endoscopia liberadora de la fascia plantar puede ser adecuado para determinados pacientes. Es menos invasivo y el tiempo de recuperación es más corto. Otro procedimiento de investigación llamado ortotripsia utiliza ondas de choque dirigidas a la zona del talón afectada. En un estudio, 17 de 30 pacientes experimentaron una mejora.

Tratamiento para la tendinitis de Aquiles.

Al igual que la mayoría de lesiones deportivas, la tendinitis de Aquiles tiene que ser tratada tan pronto como sea posible. Los AINEs pueden ayudar en el dolor de la tendinitis de Aquiles y reducir la inflamación. También puede ser útil aplicar hielo tres o cuatro veces al día durante 20 ó 30 minutos. Los estiramientos suaves también pueden ayudar a disminuir el dolor y los espasmos. En caso que la pantorrilla esté hinchada se recomienda levantar la pierna. Practicar ejercicio es seguro cuando el talón ya no está hinchado o sensible, incluso si aún se tiene dolor. Sin embargo, si el dolor aumenta con el ejercicio, se tiene que parar inmediatamente. En caso que el dolor persista, puede ser necesario escayolar o intervenir quirúrgicamente el tendón roto. A pesar de que algunos expertos creen que en la mayoría de casos basta con escayolar sin operar, el tendón tiene un 38% de posibilidades de volver a rompese. La cirugía requiere una larga incisión y un período postoperatorio de inmovilización de un promedio de seis semanas. Entre las complicaciones pueden incluirse una cicatriz quirúrgica importante, infecciones y atrofia muscular. Se están estudiando técnicas menos invasivas. Algunos expertos recomiendan la cirugía para las persona activas y el tratamiento no quirúrgico para las personas mayores. En un estudio se escogieron pacientes con los tendones rotos y fueron hospitalizados durante cinco días durante los que llevaron un calzado que alzaba continuamente la parte posterior del pie (Variostabil). En la mayoría de los casos fue efectivo y solamente en un 5% de los casos el tendón se volvió a romper.

Tratamiento para el síndrome del túnel del tarso.

El dolor provocado por el síndrome del túnel del tarso puede ser calmado con ortosis, añadidos para los zapatos especialmente diseñados, para ayudar a redistribuir el peso y disminuir la presión sobre el nervio. Las inyecciones de corticoesteroides también pueden ser útiles. Algunas veces se practica la cirugía para calmar la presión sobre el nervio, pero, desgraciadamente, algunos han demostrado que a menudo esta cirugía no es beneficiosa.

Tratamiento para la deformidad de Haglund.

Aplicar hielo y seguidamente calor puede ayudar a disminuir el malestar. Los AINEs también ayudan a disminuir el dolor. Los médicos pueden recomendarle un dispositivo ortótico para controlar el movimiento del talón. En algunos casos, cuando estos tratamientos no calman el dolor, puede ser necesaria la cirugía para eliminar o reducir el abultamiento óseo. Las inyecciones de corticoesteroides no son recomendables porque pueden debilitar el tendón de Aquiles.

Tratamiento para los espolones en el talón.

La mayoría de espolones en el talón no causan dolor. En caso de que haya dolor, los AINEs y las plantillas serán suficientes. Si el dolor persiste , es recomendable la cirugía, que supone cortar y liberar la fascia plantar y eliminar los espolones. La cirugía puede ser arriesgada y puede dejar cicatrices más dolorosas que el problema original. Para la recuperación, normalmente es necesaria la inmovilización del pie y usar muletas durante unas dos semanas. La cirugía debe ser el último recurso.

Tratamiento para los problemas en el arco plantar.

Tratamiento para los pies planos: Estudios del ejército han revelado que los reclutas con los arcos más planos tienen menos riesgo de sufrir lesiones en las partes más bajas del cuerpo, resultados que suscitan la pregunta de cuándo y de si se deben corregir los pies planos. Los niños con los pies planos, por ejemplo, tienen los pies más crecidos; son niños particularmente altos, esbeltos y con articulaciones flexibles. Sin embargo, en algunos casos, los pies planos perjudican la habilidad de andar y requieren añadidos para los zapatos hechos a medida o incluso la cirugía. Una plantilla conocida como Dynamic Stabilizing Innersole System (DSIS) – plantilla con sistema dinámico estabilizador- parece mejorar significativamente los pies planos en los niños. Esta plantilla responde adecuadamente según si las condiciones son más o menos graves sin sobrecorregir los casos leves de pies planos.

— ¿Qué otra ayuda puede obtenerse para el dolor de pies?

En castellano.
Páginas sobre podología http://www.estheticnet.com/podologiahoy
Estudios de podología http://medicina.umh.es/facultades/Podologia.htm
Sociedad Española de Reumatología http://www.ser.es

En inglés.
Asociación Americana de Podología Médica. 9312 Old Georgetown Rd., Bethesda, MD 20814. Teléfono (800- cuidado de los pies) o en Internet (http://www.apma.org). Esta asociación tiene una buena página web con muchos panfletos de pacientes.
Instituto Americano de Servicio del Zapato. 5024 Campbell Blvd, Suite R, Baltimore, MD 21236. Teléfono (410-931-8100) o en Internet (http://www.podi.com/shoesmarts)
Sociedad Americana de Ortopedia del Pie y del Tobillo, Inc. 1216 Pine Street, Suite 201¡¡, Seattle, WA 98101. Teléfono (206 223-1120) o fax (206-223-1178) o en Internet (http://www.aofas.org)
Asociación Americana de Diabetes. ADA Centro de Servicio Nacional, 1660 Duke Street, Alexandria, VA 22314. Teléfono (800-232-3472) o (800-DIABETES) o en Internet (http://www.diabetes.org/). Esta es la fuente elemental de información sobre la diabetes.
Guía de Salud para el Pie Dr. Scholl en Internet (http://www.drscholls.com/) (http://www.footweb.com/)

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Stephen A. Cannistra, M.D., Oncología, Profesor Asociado de Medicina, Harvard Medical School; Director de Oncología Médica Ginecológica, Beth Israel Deaconess Medical Center
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